Cuando se nos suma todo y nos ahogamos es momento de hacer una pausa. Es momento de parar y respirar.
Cuando todo parece oscuro y negativo es momento de dejar salir esas lágrimas que venías guardando.
Muchas veces escuché que cuando uno llora, no lo hace por una sola cosa, sino por la suma de situaciones y es tan simple como real.
Se llora por impotencia, se llora ante situaciones que nos estresan, se llora porque extrañamos esas palabras de aliento, de quienes no están acá.
Se llora y con ese llanto se limpia la mente y el alma.
Es una pausa para poder continuar, una señal de que estamos de pie, y seguimos adelante.
No importa cuál sea la situación que tengamos delante, después del desahogo hay que continuar.
Mensajes del Alma
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